Portobelo Plaza de las Americas

Pésima experiencia. El servicio no existe. Para comenzar llegamos y la señora de la recepción nos dice , en mal tono,que no tenemos reserva. Nos tocó sacar todos los soportes de pago para que nos aceptarán en el hotel . Llegamos a la habitación y no habían toallas , nos tocó bajar a la recepción a pedir, que por favor, nos dieran toallas. Luego preguntamos x el horario del desayuno y nos dijeron que no teníamos derecho a desayuno porque no teníamos manillas. Nos tocó bajar nuevamente a la recepción a pedir que nos pusieran las manillas, porque en el momento del ingreso , lo olvidaron. La habitación está herméticamente cerrada ,no tiene ventanas. Parece una cárcel. Con tanto encierro, el olor a humedad es insoportable. El ruido del pasillo se siente impresionante, parece que la gente que habla afuera, estuviera al lado de la cama. Al otro día bajamos a desayunar y hay que hacer una fila demasiado larga para poder desayunar , además no varían el desayuno ningún día. Para completar las personas que lo sirven siempre están de mal humor y contestan mal. Las toallas que ponen en los baños son super pequeñas y hay que rogar para que las cambien. Uno se tiene que secar con las toallas húmedas. Cuando se nos acabó el papel higiénico,nos tocó salir de la habitación a solicitar que nos dieran un rollo. El WIFI que anuncian solo cubre la recepción.Una pareja de amigos fue a visitarnos y queríamos tomar algo con ellos en la cafetería del hotel, obviamente pagando el correspondiente valor , pero los sacaron a los gritos argumentando que no tenían manilla y nos dijeron que si no se iban llamaban a la policía. Lastima que el servicio sea tan malo , porque la ubicación es muy buena . Es el peor hotel en el que me he hospedado en toda mi vida. Mi consejo es: SI PUEDE,NO VAYA A ESE HOTEL.

Tiene pésima aislación acústica hacia las demás piezas y el pasillo, se escucha todo y los huéspedes son ruidosos, por lo que no se duerme bien si tienes el sueño ligero. Nos tocó que en las mañanas siempre ponían música fuerte de distintas habitaciones. Las habitaciones son cómodas pero no se pueden abrir las ventanas, son muy húmedas. El baño está separado de la pieza sólo por una mampara delgada que no se cierra del todo. El desayuno es rico y variado pero no te puedes servir tú mismo, regulan las cantidades ellos. Lo bueno fue la piscina, el gimnasio y los espacios comunes, y la atención del personal también fue buena y cercana.