Usuario invitado
31 de enero de 2023
Precioso hotel boutique en un edificio histórico, en pleno centro de Salzburgo, a un paso de todo. Puede que el exterior no refleje lo magnifica que es la habitación. Al llegar a recepción (planta primera) nos recibe con una sonrisa y un refresco Ulrike. Simpática y encantadora nos muestra la habitación enseñándonos todos los detalles...y son muchos. Desde el minibar gratuito hasta te y café a nuestra disposición. Pero al irse... descubrimos muchos detalles más, todos encantadores, cómo el pequeño frigorífico de diseño, a juego con la tetera, una preciosa cajita con postales y útiles de escritorio, los geles y jabones de una calidad excepcionales o las cápsulas de café eco-friendly y el té y menta naturales. La lencería y las almohadas fabulosas y la cama tamaño XXL de las de verdad, no dos pequeñas unidas, por las que siempre terminas incómodamente durmiendo en la unión. Sin duda recomendaría este pequeño y encantador hotel a todos... y mención aparte merece su magnífico restaurante. Gracias por todo, Ulrike!!!!