Cala Font

Hotel que cuando llegas te impacta porqué tiene unas vistas de infarto y en una zona muy tranquila. Todo es precioso hasta que llegas a la habitación y te encuentras el infierno. (Adjunto foto de la moqueta de los pasillos para que veais el mivel de dejadez). Habitación con los baños que huelen a cloaca (vinieron a limpiarlo e incluso a cambiar el sumidero de la ducha y seguía oliendo a muerto), no había enchufes, muebles del año de la guerra y unas fotos en su web que no tienen nada que ver con la realidad. El desayuno correcto, sin nada a destacar aunque si bajas a las 10h parece que ha pasado una manada de lobos hambrientos y solo quedan las sobras

La playa está bien, es bonita, la piscina está bien, y la habitación es muy grande y cómoda, esos son los puntos positivos, el resto… Buffet: puedo hablar solo del desayuno, la experiencia no fue como para repetir en comida o cena. Variedad y calidad? Regulinchi, pero lo peor es que se quedan sin cubiertos y tazas limpios a las 9 de la mañana y difícilmente reponen, se desbordan demasiado rápido Limpieza: no diría que está mal, pero en el baño entraron solo a tirar la papelera y dejar toallas limpias, porque pasta de dientes que se le quedó en el lavabo a mi hija dos días antes, allí se quedó cuando nos fuimos. Mini club: no sé si se le puede llamar así. Tiene un horario de actividades que no cumplen. Una sala enorme no se para que, porque la animadora ni te mira cuando entras. Mi hija tuvo que decidir qué hacer y buscar ella sola cómo hacerlo, sin darle opciones ni nada. Tanto que no quiso quedarse sola, cuando está más que acostumbrada a ir a estos sitios, ya que viajamos mucho. Calidad/precio: horrible. Sitio caro que no lo merece, más que por la cercanía a la playa, que por cierto, no, el hotel no tiene acceso directo a la playa, tiene una puerta que da a la calle en cuesta que tiene al final la playa, nada de acceso directo.

Comida pésima de muy mala calidad y con poquísima variedad. El cocinero me criticó por querer la carne más hecha. Los empleados antipáticos, con pocas ganas de atender al cliente. El hotel bonito pero problemático para personas con movilidad reducida. Las habitaciones muy cómodas (menos mal!!!)

Hotel reformado, limpio, tranquilo Comida: tipo buffet buenísima y variada, sopas, fiambres, ensaladas, variedad de panes, arroz, pasta, pizzas,postres, fruta…hay un cocinero en plancha haciendo carnes al momento, muy amable. Desayuno buenísimo y muy variado Precio bebidas en cualquiera de sus bares aceptables. Bar de la piscina también sirve pizzas, sándwich, patatas, bocatas. Habitaciones :Buenas vistas, con todo lo necesario, mini bar, TV, gel/champu, loción corporal, secador, balcón con mesa y sillas

La comida es muy mala,lo mismo el desayuno Cobran 10 euros de depósito por toalla de piscina,que después de uelven.y 2 euros que no devuelven. Lo que nunca vi en ningún hotel,y encima si queres cambiarla porque esta mojada,te cobran otros 2 euros Son poco frendly

La estancia fue un desastre. Imposible descansar. La habitación de al lado estuvieron de fiesta y voces des de las doce en adelante. Se avisa a recepción de que tenemos unas personas borrachas gritando en la habitación y balcón de al lado. Estuvimos horas con este problema. Al día siguiente cansados y maldormidos hacemos queja en recepción.Sólo se les ocurre ofrecer 10% de descuento. Nos dicen que en un mes el hotel se pondrá en contacto con nosotros. No ha sido así han pasado de todo y vamos a pasar la queja a consumo y a donde pertoque.