Usuario invitado
2 de enero de 2023
Le di una estrella por la limpieza porque no tenía la opción de dar cero.
Es mejor dormir bajo las estrellas que volver a poner un pie en este hotel.
Llegué a recepción el 30 de diciembre de 2022 sobre las 14/15 horas. Encuentro a un señor en recepción y le digo que he hecho una reserva. Se sienta frente al ordenador y empieza a charlar con su colega/hermano (no lo sé, pero a quién le importa) en su dialecto, así que me pongo Impaciente, es entonces cuando el señor me pide mi número de reserva o mi nombre. Cedo con naturalidad, el señor me da la llave y me dice la habitación 226 (recuerda este número por si te dan esta habitación, huye). Llevaba una maleta grande y 2 mochilas, sin ascensor, 2º piso, imagina el lío. Hasta aquí todo bien llego al segundo camino por el pasillo mientras me acerco a la habitación surgen desagradables olores a orina. Abro la puerta y me recibe un fuerte e insoportable olor a tabaco. Como no soy fumador y soy muy sensible, me apresuro a abrir la ventana (en pleno invierno). Como tenía unas ganas apremiantes fui al baño a hacer mis necesidades, la higiene era deplorable, fue el colmo que se desbordó.
Cerré la ventana y bajé a entregar la llave sin exigir reembolso por las 2 noches reservadas.
Francamente, yo, que quería pasar una Nochevieja sola, tuve que llamar a una amiga que vivía a 20 minutos para ir a acampar a su casa porque había viajado desde Bélgica.
Para evitar absolutamente no entiendo los comentarios positivos ni siquiera una estrella la merece. En cualquier caso para la habitación 226 y los pasillos.
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