guillermodanielb
16 de septiembre de 2024
Enclavado en la ladera, el hotel Viñas domina el valle y se puede ver desde la carretera en todo su esplendor. Para llegar hasta él, es preciso discurrir por una vía secundaria, pero de fácil acceso. Su diseño arquitectónico es muy atractiva ya yo por el empleo de la madera como por la amplitud y luminosidad de sus estancias. La recepción fue sumamente cordial y nos han dado todas las facilidades para que nuestra estancia fuera inolvidable. Cada habitación tiene su propio diseño. En la nuestra, predominaba la altura. Todo estaba muy limpio y recogido. La pequeña terraza adjunta tiene unas vistas impresionantes y el agregado de un toldo retráctil para cuando hace falta. En el baño hay bastantes comodidades, pero no bidet (tampoco se ofrece una opción alternativa a su ausencia). Hay amenities suficientes y bajo petición. Armarios individuales amplios e iluminados. Cama, colchón y almohadas muy cómodos. Buena luz de lectura. La iluminación general tal vez se queda corta. El hotel cuenta con servicio de Spa (de uso individual por cada habitación) y masaje terapéutico. Hemos probado esta oferta y es verdaderamente relajante. Ambos deben reservarse con antelación. El desayuno de estilo buffet libre es muy completo, con zumos, quesos, embutidos y platos calientes preparados al momento bajo pedido, como huevos revueltos o escalfados. La estancia fue excelente. El precio, a tono con el servicio de primera ofrecido en todos los apartados. Ideal para ir en pareja.