Usuario invitado
13 de abril de 2023
Tesoro escondido cerca de la playa de hokitika.Pequeño hotel de 4 habitaciones , superbienequipadas, amplias , comodas y con una vista impresionante. El resto de la casa acorde con las habitaciones , de un gusto exquisito. La propietaria , una mujer encantadora te ofrece un refrigerio al llegar , luego te deja bar de licor para que te sirvas a tu gusto.El desayuno impresionante , los mejores huevos benedictine que hemos comido.Vale la pena detenerte y pasar un par de dias, nosotros solo estuvimos una noche pero nos hubieramos quedado mucho mas. Gracias Sue Ellen, fue un bonito final de un viaje a Nueva Zelanda que nunca olvidaremos.