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15 de agosto de 2022
El hotel en España sería un tres estrellas. Se notan detalles de decadencia muy evidentes: las moquetas de los pasillos están deterioradas, la pintura de las habitaciones con remiendos pequeños, los cambios de la iluminación de la habitación muy chapuceros, los cojines de la chaise longue descosidos, la bañera de hidromasaje rota, el frontal de dicha bañera mal puesto. El servicio atentísimo y muy profesional, eso sí. La ropa de cama y de baño pulquérrima, no así el servicio de mini bar: En seis noches de alojamiento nos repusieron un botellín de agua una vez y no nos cambiaron ninguno de los vasos, a pesar de que los dejamos muy visiblemente usados sobre el mueble del minibar. El desayuno es abundante, pero la calidad muy mediocre. Se sirven cafés tipo italiano a demanda. No hay mucha fruta fresca y los zumos son envasados. La bollería-panadería es industrial sin duda. La situación es óptima, en un barrio tranquilo y muy seguro, cerca de casi todo lo importante. Enfrente hay un quiosquillo que puede sacar de un apuro y cierra tarde (si es que cierra).