Usuario anónimo
22 de octubre de 2024
Después de viajar por Italia durante unos diez días, regresé a Roma un día antes para preparar el vuelo de regreso a casa al día siguiente, y elegí este hotel al azar. Me encontré con una habitación súper mini y diminuta, ¡una experiencia de alojamiento inolvidable!
Entorno: El hotel está situado en el casco antiguo, no lejos de una puerta de la ciudad de Roma, y hay varios pequeños restaurantes a su alrededor.
Instalaciones: Se trata de un hotel tipo apartamento reformado a partir de un edificio residencial. Solo hay una persona y un escritorio en la recepción. El ascensor también es mini. La habitación es aún más estrecha. Hay un pasillo justo después de la entrada. La cama y el baño son pequeños. Las personas con cuerpos anchos o gordos deben tener cuidado al entrar. La habitación está poco iluminada, por lo que las personas con problemas de visión deben tener cuidado al entrar. El controlador del aire acondicionado es difícil de operar, con un solo botón que controla todas las funciones, lo que no es muy amigable para quienes no entienden inglés y las personas mayores. La insonorización no era muy buena, pero por suerte pude dormir.
Higiene: Regular, no hay pañuelos, ni pantuflas, ni tetera, ni agua embotellada.
Servicio: Solo hay un tío barbudo en la recepción y el servicio es promedio.
Texto originalTraducción facilitada por Google