Hotel Marco Polo

Para empezar el ascensor cabían dos y de milagro y más antiguo no podía ser tenía más polvo que otra cosa yo pensaba que se iba a romper en cual quien momento, las habitaciones un horror una de 4 personas ‘supuestamente’ perfectamente de dos porque ahí cuatro personas no cabina y aparte que las camas eran horribles durísimas y no había ni espacio y bueno las literas horribles sonaban unas barbaridad, y eso de que te hacían las camas mejor dicho las estiraban y las colocaban y yasta para ellos ya estaban lista y luego en vez de barrer te tiran la suciedad debajo de la cama hay había de todo, dejaba botellas de agua en la habitación y me tiraban todas, las habitaciones de papel que se escuchaba todo los pasos de la gente cuando pasaban todo, los recepcionista más antipáticos y luego se ponían a discutir con la gente por verlas por el pasillo todo súper desagradable. El desayuno no había nada de variedad todo los días lo mismo y había cosas malísimas y era súper pequeño no se cabía, vamos no lo recomiendo nada y aparte que está en la tercera planta de un edificio y la recepción fatal

Lo mejor de este ha sido el trato personal . Los recepcionistas súper encantadores ( sobre todo Marco). Nos ayudaron en todos, aconsejando os sitios, transporte, y lugares donde poder desayunar cerca del hotel. Teníamos una habitación cuádruple, las cual era muy adecuada y cómoda. Gracias.