Usuario invitado
14 de julio de 2022
Hotel Antiguo y sucio, entrar en él es un viaje a los años 50. Es un hotel en obras por lo que el polvo está muy presente y la falta de higiene lo evidencia aún más. Al entrar a la habitación, me encuentro dedos en los espejos bastantes evidentes, marcas de vasos por toda la mesa y la sorpresa, ¡Debajo de la cama era la casa del polvo!, debajo de la cama había nidos de polvos más grandes que mi perro. El recepcionista el pobre no tenía la culpa y nos cambió de habitación, igual de sucio, tuve que limpiar yo misma la habitación.
La ducha no funcionaba por la noche, caía un hilo de agua muy fino, parece ser que cae más o menos según la presión y el momento del día(mañana y medio día es cuando cae).
La joya de la corona el desayuno, como no comas dulces ahórrate bajar porque solo hay croissants y una tarta de arándanos, lo demás es una barra de pan que como no te eches aceite y sal vas apañado porque solo tienen tranchetes de queso de hamburguesas y salchichas cocidas. Para pillar un huevo cocido había que levantarse a las 7.30 para entrar a las 8 porque parece ser que ponen 3/4. No pido calidad extrema ni estar como en casa, únicamente unas lonchas de queso normal o algo de embutido y algo de limpieza(¡IMPORTANTE!)
Lo mejor, es lo bonito que es por fuera y lo cerca que está de termini.