Usuario invitado
11 de septiembre de 2024
No recomendaría este alojamiento. En primer lugar, llegamos a la hora del check-in. Una señora llamada Marian nos estaba esperando, pero apenas hablaba inglés. Lo primero que nos pidió fue que pagáramos el impuesto municipal, que nos cobró 56 euros para 2 personas y 4 noches. Le pedimos un recibo, pero no nos lo dio (cuando hicimos el check-out, nos dimos cuenta de que debería habernos cobrado 3,5 euros por día, según el sitio web, que deberían haber sido 35 euros en total). También tuvimos que preguntar primero cómo funcionaba el desayuno. La señora nos preguntó si queríamos una quasont y de qué sabor, y recibimos la misma quasont de sabor durante 5 días. Había yogur en la nevera, pero estaba caducado. No había variedad en oferta. El baño estaba sucio y parecía sucio. Las habitaciones también eran extremadamente ruidosas, se podía oír a los huéspedes, se oía el agua cuando se abría y el golpeteo constante de las puertas exteriores. El aire acondicionado se encendió, pero no enfrió la habitación. También era extremadamente ruidoso. El secador de pelo estaba cortado y lo dejaron en la pared. Había uno de repuesto, pero no es lo que esperas pagando una cantidad tan alta. No recomendaría este lugar para alojarse y quiero un reembolso de mi impuesto municipal.
Texto originalTraducción facilitada por Google