Baboon Room

La habitación no tiene mantenimiento, en dos armarios las puertas tenían la bisagra rota, la nevera no funcionaba, y uno de los lavabos estaba atascado, y el techo del baño esta descascarillado. Se lo comentamos al de recepción que solo lo vimos un día y no hizo caso. Al segundo día, al volver sobre las 13:00 nos encontramos la habitación sin limpiar ni cambio de toallas, y avisamos a la responsable vía WhatsApp y no contesto hasta las 21:00, diciendo que estábamos en la habitación cuando iban a limpiar, cuando habíamos salido a las 8:00 de la mañana. Al día siguiente nos pusieron 3 toallas de ducha, y dos de lavabo, cuando estábamos dos adultos y dos niños, y no repusieron el papel higiénico, teniendo que comprar. La puerta de acceso, es con contraseña pero para salir es con barra de emergencia teniendo que golpear en la barra. En nuestra habitación , al estar situada junto a la entrada, oíamos las entradas y salidas, a altas horas de la madrugada, debido al portazo y golpe de la misma. En ningún momento hay nadie a quien te puedas dirigir directamente. Las zonas comunes, escaleras y ascensor son muy antiguos. Además es muy pequeño, no entrabamos los cuatro, casi nunca puedes hacer uso del ascensor porque se dejan las puertas abiertas y tienes que subir andando, y es especialmente duro con niños, tener que subir por las escaleras El desayuno no merece la pena, uno de los detalles, es que te ponen el zumo en vaso de plástico...