Casa Manadero

Estupenda comida y atención. Un amor la cocinera. El lugar es cómodo y calentito. Lo que pides te lo solucionan. Es muy bonito comer mientras ves las cascaditas y la naturaleza. Mientras esperas para la reserva tienes un espacio bar muy acogedor.

Visita a Robledillo de Gata las 14:10 de la tarde, restaurante vacío, nuestra mesa, la única mesa. Todo el pedido para compartir. De primero croquetas. Secreto con patatas. Caldereta de cordero. Croquetas de puchero y chorizo no estaban mal, pero al comer la primera croqueta de puchero por dentro congelada... Lo dejamos pasar pues quizás las otras estén bien hechas, efectivamente un error puede tenerlo cualquiera, no decimos nada al personal. Viene el secreto, al coger una pieza de carne se desprende un pelo de la carne y cae en el plato, avisamos al camarero que resulta que es el cocinero, nos pide disculpas y nos comenta que nos invita a las croquetas por el error, se agradece su amabilidad, ¡¡Oye todos tenemos pelos!!, puede pasar, le comentamos que no nos traiga ese plato, que pase al siguiente. Nos sirve la caldereta y al tercer trozo nos encontramos otro pelo, ¡Esto es ya como de coña!, Me levanto llamo a la puerta de la cocina, se lo comento a una señora que estaba también en la cocina, sale se disculpa, le decimos que nos traiga la cuenta, nos cobra las concretas y la bebida, ando buscando un restaurante donde comer sin pelos por favor.