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21 de enero de 2025
Pasamos 4 noches en este hotel y diría que todo fue perfecto excepto la ubicación, lejos de la mayoría de las atracciones turísticas. Teníamos una habitación tranquila al final del pasillo y lejos de los ascensores, que era lo que habíamos solicitado. La habitación era bastante pequeña, pero el espacio estaba bien pensado y había una gran ventana que daba a las vías del tren (el metro). Sin embargo, el ruido del metro no nos molestó, ya que las ventanas estaban bien aisladas. El registro de entrada fue rápido y eficiente y el personal del hotel fue amable y servicial. El desayuno continental estaba incluido y siempre había varios productos de panadería y pan junto con huevos revueltos, algunas salchichas o opciones de carne (no como esas), una variedad de quesos y yogur, cereales, ensalada de frutas y fruta fresca, junto con una máquina de café moderna donde uno puede tomar un capuchino, un espresso, chocolate caliente, etc. En las instalaciones hay un restaurante llamado Roast que no probamos. Reservamos este hotel porque queríamos estar a poca distancia de la sinagoga Kadoorie Makor Haim (14 minutos a pie). El hotel está cerca de estaciones de metro y a 15 minutos a pie de la Casa Da Musica y de varios centros comerciales. También hay un supermercado Mercadona a 7 minutos a pie. El hotel también dispone de aparcamiento. Recomendaría este hotel a gente que venga a Oporto y no le importe desplazarse hasta el centro histórico. Nosotros utilizamos Uber y el precio del billete siempre estuvo entre 4 y 6 euros.
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