Usuario invitado
16 de diciembre de 2022
Es mi segunda vez en este lugar y más que un hotel, se siente como un hogar. El lugar tiene lo necesario para descansar. Si bien se escucha un poco el ruido de afuera de la habitación, se compensa con todo lo que ofrece. Fher, la dueña del mismo, junto con su hija, hace que la estancia sea bastante agradable. Ofrece apoyo y recomendaciones para movilizarte por Quito y planear tus demás viajes por Ecuador. Además brinda confianza y tranquilidad. Sufrí un accidente, y ella me apoyó con llevarme al hospital y estar al pendiente mientras me recuperaba. De igual forma pueden preguntarle sobre los tours que organiza a los lugares más conocidos en Ecuador, cómo el Amazonas, el Cotopaxi, etc. De igual modo, si deciden ir por su cuenta, ella te indica cómo realizarlo. Tiene una vista increíble en el último piso. En la noche se ve bien el panecillo, y en el día si está despejado se ve la ciudad y algunos volcanes. Por último, también es un lugar para hacer amistades con otras personas de diferentes países. Si se planea estar por Quito o movilizarse desde ese punto a otros destinos cercanos está es la opción para hospedarse :)