Usuario invitado
22 de diciembre de 2021
Fuimos a comer 4 personas y la experiencia fue excelente. Cocina cántabra con toque de autor, producto km0, nos dejamos aconsejar y todos los platos fueron un acierto, tanto en sabor como en presentación y en calidad del producto. Tomamos lubina salvaje en su punto y fue toda una delicia y la carne de Cantabria, muy tierna y sabrosa. Todo ello maridado con dos vinos estupendos, de bodegas pequeñas, artesanales y ecológicas que nos explicó y recomendó la maitre. Para sorpresa, el postre, llamado "como oro para chocolate", el cual vino acompañado de un moscatel de Alejandría, MR. Málaga, un imprescindible en la carta. Personal de sala exquisito y profesional. Muy atentos en toda la velada. Cada rincón del Palacio es espectacular, el interior, los jardines, el entorno y la ubicación que hace que sea un paraje idílico para visitar y repetir.