Usuario invitado
8 de septiembre de 2024
Hotel correcto sin más. Situado en el barrio judío, muy cerca de lo que todo el mundo viene a ver, aunque hay mucho más por ver en esta ciudad enorme. Lo primero, decir que la mayor parte de las fotos que aparecen aquí del hotel tienen poco que ver con lo que yo he visto. En muchas de ellas aparenta ser un hotel lujoso, pero no lo es en absoluto. Y jamás vi pasteles ni tarta en el desayuno, de hecho el desayuno es tan normalito como el resto. Destacaría la incomodidad del baño, donde no hay ni un lugar donde colgar las toallas. El lugar donde las dejan está como a dos metros de altura y tuve que subirme al bidé para alcanzarlas. Luego las dejé sobre el radiador, pero cada día las encontraba allá en lo alto. Tampoco hay lugar donde poner tus cosas de aseo. Diariamente tenía que recogerlas en el neceser y devolverlas a la maleta. Al encender la luz del baño se pone en marcha un ventilador que hace tanto ruido como el motor de un Boing 747. La habitación tenía un minibar. Estaba vacío y además no enfriaba. Es un gasto inútil de electricidad. Por último, la maldita moqueta. Esa cosa tan poco higiénica y que me provocó varias crisis de estornudos. Aquí no existen las tarjetas para apertura de las puertas. Hay cerraduras de las de toda la vida, que meten bastante ruido al abrir o cerrar las puertas (sabes perfectamente cuando entran y salen tus vecinos). Había hecho fotos pero no he podido subirlas por un error en la red (eso dice el mensaje). En resumen, un hotel con casi todo lo necesario pero nada extraordinario