Usuario invitado
11 de junio de 2023
Había reservado una junior suite con bañera de hidromasaje y una magnífica vista desde el balcón sobre la bahía de Pozzuoli. Sólo una noche para el 2 de junio al precio de 200€. De hecho, al día siguiente, 3 de junio, tuve que tomar el ferry a Ischia para pasar una semana de vacaciones. Yo, mi esposa y nuestro perro. Por lo tanto, habiendo reservado con ***********, le había enviado un mensaje a la propiedad a través del servicio de correo proporcionado para notificar la presencia de mi mascota... una mezcla de setter hembra (tamaño mediano 22 kg. ) esterilizado y con microchip con todas las vacunas, muy bueno, muy limpio y nunca ladra. Este correo electrónico tras la confirmación recibida del hotel tres días después de la reserva realizada un mes antes. Al no recibir respuesta, envié otra comunicando la hora prevista de llegada (viaje en coche desde Grosseto). Tampoco hubo respuesta a esto. Por tanto, llegamos al hotel el 2 de junio sobre las 16 horas... aparcamos en el aparcamiento privado del hotel y nos presentamos en la recepción. Donde el portero, tras quedar visualmente sorprendido por la presencia de Lilly, nuestro perro se da cuenta de que ni siquiera ha leído mis correos electrónicos. En este punto la Dirección nos dice que no pueden cedernos la habitación reservada debido a la presencia del perro... ya que la habitación elegida es especialmente lujosa y está destinada únicamente a eventos especiales como una boda. Después de numerosas insistencias por nuestra parte, señalando que el comportamiento del hotel es cuanto menos... no muy grave y confirmando nuestra seguridad respecto a nuestro perro con plena disposición a reembolsar cualquier daño causado... la dirección después de haber comprobado que Lilly está Realmente un perro especial que nos permite acceder a la Suite. Apenas tuvimos tiempo de hacer algunas fotos cuando la dirección nos comunicó por teléfono interno que no pensaban dejarnos la habitación, proponiendo como alternativa una habitación más pequeña con balcón a la autopista y mucho más antigua tanto en términos de muebles y accesorios de baño un precio inferior a 50€ pero evidentemente lejos de ser una habitación de hotel de 4 estrellas. Además, durante buena parte de la noche también tuvimos que soportar una fiesta con fuegos artificiales y música a todo volumen en la piscina de abajo. Verdaderamente un comportamiento con total falta de seriedad. Como diría Bruno Barbieri... Hotelero cambia de profesión. Nunca volveré allí e invito a cualquiera a elegir hoteles que tengan mayor respeto por sus clientes. Y luego un hotel de 4 estrellas con puerta con llave y no electrónica... ¡guau!
Texto originalTraducción facilitada por Google