Usuario invitado
2 de octubre de 2024
Nos hemos quedado en varios lugares, pero este es uno de esos lugares que nos roba el corazón y nos hacen querer regresar todas las veces posibles. Fernando y Olga son sumamente amables y cálidos, te hacen sentir como en casa. Los desayunos son espectaculares, con frutas de la temporada locales, quesos de la zona, mermeladas caseras y pan fresco que consiguen diariamente. La ubicación es inigualable, está en medio de todo y aún así logra ser un lugar sumamente silencioso. Es cierto que está un poco escondida su ubicación pero es parte de su encanto. La cama es cómoda y se esmeran en que la habitación siempre esté limpia. Felicidades a Fernando y su familia por el gran trabajo que han hecho! Se ve el cariño en cada detalle! Espero que puedan regresar a Costa Rica!