Marta Garcia Garcia
5 de septiembre de 2022
El hotel es muy nuevo con una decoración Preciosa, moderna y muy limpia.
Reservé una habitación clásica sabiendo que las vista no eran al rio sino a un claustro que resultó precioso con una terraza interior donde poder disfrutar del silencio. Lo que no sabía era que la habitación estaba contigua al cuarto de calderas, la 327, y durante todo el día y noche hay un ruido muy molesto que se mete por la pared de piedra. Es como dormir con el ruido de un generador.
Por otra parte, insistir en la limpieza y decoración que es excepcional.
El hotel queda a 20 minutos andando de la zona central de la tiñes lo que resulta algo alejado para callejear.
El parking cuesta 20€ al día y es algo estrecho al entrar pero se puede aparcar perfectamente enfrente en zona controlada si es fin de semana o festivos. Por semana habría que pagar cada 2 horas.
El desayuno es completo pero no excepcional. El embutido es de calidad normal, apenas hay la bolleria casera ( unas magdalenas riquísimas y un bizcocho). El resto es precocidado de horno.
Decir que termina a ls 10:30 el desayuno y a las 10 no se repone nada aunque este vacío ( en mi caso no había magdalenas, ni mermelada de fresa o kiwi ni salchichas).
Hay una máquina que hace tortitas en el acto que es fabulosa. Tarda 2 minutos y salen perfectas. Hay sirope para echar y nutella pero no nata.
Las mesas del desayuno están tan juntas que apenas se puede pasar entre ellas y aún habiendo alguna mesa libre en la parte trasera la camarera nos coloco al principio del comedor donde estaban todas las mesas ocupadas. Sería mejor ofrecer alguna mesa sin gente alrededor para tener un poco de intimidad.
Tanto el personal del desayuno como del hotel es gente muy joven a la que se nota con muchas ganas de trabajar pero con poca resolución a los problemas . Al comentar el ruido de la habitación no supo dar explicación o una disculpa . También le comentamos que no pudimos ducharnos el día de salida ya que el agua salía templada tirando a fría y la explicación en este caso fue que hubo un problema que ya se había solucionado, pero nosotros marchamos sin poder ducharnos.
El bar de la terraza es muy muy bonito con unas vistas espectaculares del río. El
Viernes y sábado ponen música en directo o de DJ y es muy recomendable tomar algo allí. Los precios no son baratos ( un café con leche o un refresco 4€) pero realmente merece la pena disfrutar de la terraza.
En general la estancia fue agradable pero no volvería a alojarme si vuelvo a Oporto ya que me parece que el alojamiento y desayuno a 125€ la Noche ( es el precio que me salió siendo más barato que en la página del hotel que son 150€ ) resulta elevado.