Pousada São Jorge

Como en casa, es la 2da vez que la visitamos, la 1era fue en el 2016 y nos encanto la posada, su ubicación a pasos de las piscinas naturales y la zona céntrica. Destaca la atención del personal, la primera vez fuimos atendidos directamente por la familia, no fue así este caso ya que la posada se agrandó y no frecuentaban tanto sus dueños.

La habitación es muy, muy básica, sin muebles más que la cama y las mesas de noche.La cama matrimonial es chica e incómoda ya que el colchón se corre todo el tiempo y además vencido de uno de los lados, las almohadas duras(las cambiaron cuando lo pedimos).Una mesada de hormigón con un mantel de hule horrible, oficiaba de escritorio y un hueco de material también,sin estantes ni cajones para la ropa, solo un pequeño barandal, oficiaba de placard.Falta mantenimiento en la habitación(N°10), había humedad al lado de la ventana y a la mampara del baño le faltaba la puerta corrediza, se notaba que se había roto pues arriba habían restos de vidrio y estaban los rieles,creo que lo mínimo es reponer las cosas que se rompen.En el baño no existían las amenities, solo dos jabones cuando llegamos.Ni gorra, shampoo, acondicionador, crema, secador de pelo, nada!Muchas hormigas pequeñitas que picaban,el cambio de toallas es cada dos días, si lo quieres más seguido te cobran por pieza.Mala inzonorización, hay obras a ambos lados de la posada y uno se despierta con los ruidos de las máquinas y golpes de los obreros. No pudimos realizar late check out. La ubicación es muy bueno al igual que las áreas comunes, el personal es excelente!