Usuario invitado
31 de diciembre de 2022
Antigua mansión borbónica reconvertida en B&B, sin duda, es como dormir en un museo. Eso sí, en todos los sentidos, también en el relativo a la suciedad y al polvo. Incluye gato itinerante, por lo que no es recomendable si tienes alergia o te dan grima. Por lo demás, los hospedadores son unos señores mayores y su hijo, todos muy simpáticos y serviciales (atentos para abrir la puerta en todo momento). Lo peor sin duda la calidad de la cama, súper dura, es como dormir en una tabla de madera y sin sábanas, lo que da un poco de respeto. Las almohadas más de lo mismo, muy incómodas. El baño muy justo en todos los sentidos si bien tiene secador de pelo, jabón y champú. Calefacción adecuada pero controlada por la propiedad. Cobertura WIFI muy deficiente y sin datos 4G dada la magnitud del edificio. Desayuno correcto, servido por la propiedad. Muy puntuales. En cuanto al parking, nos cobraron 20€ por dos noches, pese a que dijeron que serían 5€ por noche, no sabemos si se trató de un error pero no quisimos discutir. Lejos del centro de Nápoles, eso sí, con buena combinación de metro (15 minutos andando por una zona bastante deprimente, eso sí, y otros 15 en el tren). En definitiva, lugar apto para pasar una o a lo sumo dos noches, no más si no te quieres herniar o tener un problema cervical.