Usuario invitado
24 de septiembre de 2022
Hemos pasado 4 noches en este B&B, concretamente en la habitación Nostang. Como era previsible, dadas las opiniones leídas previamente así como la contemplación de sus características en su web, la estancia fue sobresaliente. No me voy a extender en detallar lo que ofrece Le Manoir du Guern pues para ello basta con ver su magnífica página web, con una perfecta traducción al español. Hemos estado en buenos B&B de varios países y sin duda éste es uno de los mejores. Frederique y Bernard son unos perfectos anfitriones que te hacen sentir como si estuvieras en tu propia casa y los conocieras desde hace tiempo. No olvido a su viejo y cariñoso perro que todos los días al oírnos al bajar a desayunar nos venía ladrando a saludar. Por cierto, Bernard habla un perfecto español, dada su ascendencia, lo cual es una enorme ventaja para los visitantes de habla hispana. El B&B lleva operativo poco más de un año y la remodelación del viejo edificio ha sido llevada a cabo en gran parte por la propia familia. El resultado es una perfecta conjunción entre elementos originales ( vigas, chimeneas o suelos de madera ) y modernos ( baños nuevos, televisión de pantalla de espejo, red wifi, etc ). El desayuno es completo y casero, con zumo de naranja, sidra bretona casera, variedad de quesos, jamón, yogures, pannacotta, rico bizcocho casero de limón, mermeladas de calidad, etc. La conexión wifi es perfecta y la calidad del sueño absoluta. Sólo se podrá escuchar, acaso, el crujir de una tabla de madera al pisarla en tu propia habitación. Un hecho a destacar es que dada su situación y al estar en pleno campo con bosques cercanos, es un lujo despertarse y observar desde tu propia ventana o al dar un paseo tras desayunar , cómo podemos observar una familia de corzos juguetear por la propiedad, o ver patos y otros animales en las aguas del foso. La ubicación de Pluvigner me parece ciertamente idónea para establecer nuestro alojamiento aquí y recorrer toda Bretaña. Nos evitamos el tráfico, las aglomeraciones o la posible falta de aparcamiento para el coche de cualquier ciudad. El pueblo está perfectamente comunicado con las buenas redes de carreteras bretonas. Incluso se puede hacer una excursión al Mont St. Michel distante menos de 200 km., aunque no fuera nuestro caso pues ya lo conocemos. Pluvigner está cercana a Vannes y tiene gasolinera, gran supermercado y suficientes restaurantes o creperías. Además Bernard nos facilita recomendables restaurantes tanto de Pluvigner como de localidades cercanas. No puedo más que hablar buenas cosas tanto de Le Manoir du Guern como de sus anfitriones. Tal vez, como sugerencia de mejora, podrían poner en las habitaciones una mininevera, para mantener fría la bebida en los días más cálidos del verano. También decir, para quien lea estas líneas, que estamos ante un B&B en sentido literal, es decir, cama y desayuno. O sea, que la cama, por ejemplo, nos la debemos hacer nosotros mismos. Señalo ésto por si a alguien le pudiera parecer un