Usuario invitado
26 de octubre de 2023
Lo bueno (como para haberle dado 5 estrellas): - la ubicación, cerquísima de la playa del inglés, y de las playas del veril, que son más tranquilas y a mí me gustaron más, ya que los días que estuvimos por la zona, cerca del puente del Pilar, desde la playa del inglés a MasPalomas era un continuum de gente paseando por la orilla que aquello parecía una manifestación. - está justo al lado de una parada de los buses que van al aeropuerto. El plan de este viaje era playa/piscina y no alquilamos coche (habría sido muy difícil aparcar, además). - el jardín del hotel, entras y es como entrar en un oasis. Cuidadísimo. - la amabilidad del personal. La mujer que limpiaba nuestra habitación y a la que encontrábamos en el gimnasio (creo que se llamaba Mary) era encantadora. Todo el personal de recepción y del restaurante con el que tratamos era excepcionalmente amable. - la habitación bien, pero mucho mejor si está en una de las plantas superiores y disfrutas de vistas desde el balcón. - no es un hotel gigante. - La comida. Variada y con mucha fruta. Una noche había en la cena un risotto con champiñones espectacular, y mira que ya es difícil que en un buffet el arroz esté en su punto! Un montón de platos, tanto en el desayuno como en la cena, que te preparaban al momento. - El gimnasio. Era pequeño pero muy agradable porque estaba abierto por un lado. Si tienes suerte y no está muy concurrido, bien. Eso sí, una de las bicicletas tenía la electrónica estropeada . Menos bueno para mí: - Solo tiene una piscina (salvo una infantil muy pequeñita), de modo que si hay niños/as energéticos/as allí no hay quien pare si esperas descansar / leer. Los hoteles solo adultos (y este no lo es) tienen sus ventajas para este tipo de planes. Por otro lado, aunque no dura mucho, también hay animación, así que tendrás que oír la música que sale del altavoz portátil que te pueden poner justo al lado. - El centro comercial que hay al lado y el tipo de restauración no es el colmo del glamour. - Las atracciones nocturnas son malillas, aunque al público alemán parecía no importarle y estaba tan pichi en la terraza, que era superagradable. Si cenas en el segundo turno es posible que ya no haya sitio en la terraza, de hecho. - Algunas habitaciones de la planta baja tienen un muro enfrente. La que nos dieron la primera noche era así, pero afortunadamente nos cambiaron a una más alta con mejores vistas. Además, al estar en la planta baja el bicherío es inevitable. En nuestro caso no vimos nada calificación huir, pero en el baño había un lagarto diminuto (no mediría más de 1 cm) intentando pasar desapercibido. - Y lo peor para mí: la multitud de gatos que andan a sus anchas por varias partes del hotel. En mi caso soy muy alérgica a las picaduras de pulga y huyo de ellos, pero es verdad que a muchos/as huéspedes no les molestan en absoluto. A mí personalmente me parece una falta de higiene importante.