Hotel de Vigniamont

Lugar encantador en el centro de Pèzenas. Una casa vieja poco cuidada y con desidia (botellas de pĺastico vacias en rincones, los sacos de la ropa sucia en la salta de estar compartida, información turistica anticuada y escrita por clientes anteriores...) A la llegada Vicent nos hizo un recibimiento genial. Eramos los únicos huéspedes y nos instaló en una habitación superior a la reservada. El hotel y la habitación estaban helados. Ni la calefacción, ni la estufa ni la bomba de calor eran sufiente para subir la temperatura, dormimos vestidos y con forro polar. Al dia siguiente Vicent hizo de guia turistico perfecto. Pasamos el día viendo cosas y al regreso no teniamos arreglada la habitacion ni limpiado el baño. Por lo menos hacía algo más de calor. A la mañana siguiente al ir a desayunar nos encontramos el comedor cerrado a las 8:15 tal y como habiamos quedado la noche anterior. Nos dimos un paseo y a la vuelta a las 8:45 seguía cerrado. Escribimos un mensaje a Vicent y nos contestó que se le había averiado el coche pero que el reparador le llevaba al hotel. Seguimos esperando y no aperecia nadie. Llamamos al teléfono y nos dijo que estaba llegando... esperamos hasta las 10:30 y no vino nadie. Poco profesional.