LoretaR4
27 de septiembre de 2024
Aunque el hotel en sí es espacioso y ofrece una variedad de actividades con tres piscinas, lo que lo hace atractivo tanto para adultos como para niños, mi experiencia en general distó mucho de lo que uno esperaría de un establecimiento de cinco estrellas. La selección de comida era decente y había entretenimiento para todas las edades, incluyendo una discoteca infantil que, a pesar de las barreras lingüísticas, mis hijos disfrutaron. Sin embargo, los estándares del resort, especialmente en cuanto a limpieza, seguridad y profesionalidad del personal, dejaban mucho que desear. Elegimos Club Sun Heaven por su calificación de cinco estrellas, esperando lujo, comodidad y un servicio excepcional, pero la realidad fue decepcionante. Los baños exteriores estaban constantemente sucios, con basura por todas partes, olores desagradables y faltaban artículos básicos como papel higiénico y jabón. Incluso después de avisar a recepción varias veces, los problemas seguían sin resolverse. El baño infantil, aunque tenía un buen concepto con inodoros y lavabos pequeños, a menudo estaba en mal estado: faltaba jabón y papel higiénico, y en general era antihigiénico. Un incidente particularmente inquietante fue el de un empleado masculino que entró al baño infantil sin productos de limpieza, lo cual fue completamente inapropiado. El parque infantil estaba en mal estado, con equipos rotos que representaban un riesgo para la seguridad. Una estatua de dinosaurio tenía una mano rota que permaneció en el suelo durante toda nuestra estancia, y mis hijos sufrieron lesiones leves por los bordes afilados del parque. Los toboganes estaban abollados, los columpios estaban rotos y toda la zona de juegos estaba oxidada y era peligrosa, lo que me impedía relajarme mientras me preocupaba constantemente por su seguridad. Nuestra habitación tenía problemas de limpieza y mantenimiento similares. El cabezal de la ducha tenía moho, y aunque el personal de limpieza hizo un trabajo aceptable, no prestaron atención a los detalles que mejoraran la experiencia: no hubo arreglos de toallas ni detalles adicionales a pesar de dejar propina. Peor aún, el olor corporal persistía después de la limpieza, lo cual era bastante desagradable. El aire acondicionado dejaba de funcionar con frecuencia y los cortes de luz eran frecuentes. El minibar, que se anunciaba como parte de la experiencia ultrainclusiva, solo contenía agua, un marcado contraste con lo que esperaría de un resort de cinco estrellas, donde al menos debería haber zumo o cerveza. Quizás lo más desalentador fue la actitud del personal. Desde el momento del check-in, el recepcionista, Mustafa, fue despectivo y grosero. Cuando lo saludé con una sonrisa y le pregunté si prefería inglés o ruso, respondió secamente: "Turco", sin sonreír ni mostrarse de acuerdo. Más tarde, mientras esperábamos para extender nuestra estancia, priorizó abruptamente a otro huésped que se había colado sin dar explicaciones ni disculpas, dejándonos con dos niños pequeños a cuestas. Durante toda nuestra estancia, el personal mostró una constante falta de calidez y profesionalismo. No hubo sonrisas ni ofrecimientos de ayuda, y cuando íbamos al bar, a menudo nos recibían con los ojos en blanco por pedir cosas sencillas.
Texto originalTraducción facilitada por Google