Usuario invitado
20 de septiembre de 2024
Nosotros volamos hacia Izmir y, de ahí , en coche alquilado se llega en dos horas y media. Muchos semáforos hasta llegar a una excepcional autopista con salida en Pammukale y el hotel no tiene pérdida ya que está en la misma carretera de acceso. Lo mejor, sin duda,es la ubicación, justo delante de la montaña blanca con vistas impresionantes. Tiene parking suficiente en la misma entrada del hotel. Sino en el otro lado de la calle se puede aparcar pero algunos días es de pago por la afluencia de gente que hay. Check inn rápido y habitación funcional y cómoda, con baño reformado. Nosotros elegimos una con balcón con vistas a la montaña y es perfecto. El desayuno es al estilo turco con muchos quesos y olivas, pero suficiente. Hay una piscina que es perfecta para bañarte tras las excursiones. Estuvimos tres noches y nos dio tiempo a visitar Afrodisias, que está a una hora, y Ladiocea, unas ruinas que nos gustaron mucho. Solo al salir a mano derecha están ya los restaurantes y la calle principal con supermercados del pueblo. Cenamos también una noche en el hotel y muy bien y a un precio moderado excepto el vino, que en Turquía lo tienen a precios abusivos si no eliges bien el restaurante. Para ir a la visita a Pammukale, sales a mano derecha y hay una entrada al recinto. Subes la montaña descalzo y arriba tienes las ruinas de Hierápolis, impresionantes y luego debes volver a bajar caminando. Se puede subir en coche pero nos recomendaron esta ruta y fue perfecto. El único pero para el hotel es que no nos hicieron la habitación en las tres noches que estábamos. No fue un inconveniente, pero los amenities se acaban y para el baño siempre es bueno una limpieza, pero todo lo demás, perfecto.