Usuario invitado
10 de octubre de 2024
Hotel situado al pie de la montaña, vistas preciosas. Una vez entras es como un paraíso, tiene una piscina espectacular. Está todo muy bien cuidado y limpio. Habitaciones sencillas pero limpias. Tiene dos perros preciosos. El desayuno casero, y por la noche y al mediodía tienen para comer pizza y pasta (lo elabora la dueña y está buenísimo). Destacar el trato amable de la dueña, muy gentil, amable y te intenta ayudar siempre que puede, preocupándose por ti. Te hacen sentir como en casa. Sin duda si vuelvo a Ha Giang repetiría.