Usuario invitado
12 de enero de 2023
Personal excepcional. Un edificio histórico. Tuvimos una habitación agradable y acogedora con una vista espléndida. La piscina es pequeña, pero fue la primera piscina de toda la ciudad y está protegida por las autoridades históricas. No se pueden hacer cambios. Los propietarios están siempre presentes y ofrecen a cualquiera toda la atención necesaria. Es un ambiente católico, pero no proselitista. Solo una situación histórica. Cualquier denominación se sentirá como en casa y se sentirá cómoda. El desayuno está incluido en la tarifa del hotel con una gran variedad de productos locales. Hay un estacionamiento. Dos arroyos corren a ambos lados del edificio y el hotel es ecológico. A veces pensamos que estaba lloviendo, pero solo era el sonido del arroyo. Divertido. Nos encantó quedarnos allí. Recomiendo este hotel. Como es un edificio histórico, hay limitaciones en la insonorización. Pero, en mi experiencia, la educación del huésped es lo que marca la diferencia.
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