Usuario invitado
14 de octubre de 2022
Hotel situado en el centro, en una zona peatonal en la que no se puede entrar con el vehículo. El GPS se vuelve un poco loco y te lleva por calles muy estrechas, lo mejor es ir a la vía Eleonora que es de aparcamiento restringido pero en el hotel te dan un distintivo con el que puedes aparcar y siempre hay sitio. El hotel es algo peculiar, habitaciones con techos muy altos, algunos de ellos pintados y decoración antigua, realmente es un palacete bastante antiguo. En algunos salones comunes huele algo mal y algunas puertas no cierran bien del todo. La habitación triple que teníamos era muy amplia, con la zona principal con cama King size con el colchón muy cómodo en la parte de arriba, a la que de accedía por una escalera, otra cama de 1,35 también con el colchón muy cómodo. El baño con bañera algo incómodo pero muy amplio y con estanterías para colocar todo. Todo estaba muy limpio. El servicio es muy agradable, te enseñan las habitaciones y te explican lo que necesites, el único pero es que q partir de las 7 u 8 de la tarde no hay nadie en recepción por si hay algún problema, unos clientes tuvieron problemas para entrar en su habitación y tuvimos que ayudarles a abrir la puerta porque no lo conseguían y después de un rato finalmente pudieron entrar. El desayuno lo sirven en una cafetería en la plaza, al lado del hotel, con croisants de todos los sabores muy buenos, tostadas, fruta, etc... cafés, bastante completo. El wifi era muy estable y rápido.