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19 de marzo de 2025
Es la cuarta vez que lo visito y puedo decir que es mi hotel favorito. Da igual que vayas solo o acompañado: la experiencia siempre merece la pena. Un sitio tranquilo, en un enclave increíblemente bonito. Habitaciones cómodas y agradables, tanto las grandes como las más pequeñas. Las instalaciones de talasoterapia son las mejores, más amplias y cómodas que conozco. El servicio de masajes es variado y está atendido por grandes jóvenes profesionales. El resto de instalaciones (el restaurante, la terraza cuando el tiempo es favorable, el bar, los salones) tienen un ambiente calmado y agradable. La cocina está a la altura que se espera en un entorno tan volcado con la gastronomía como es Gipuzkoa: sobresaliente. Pero aún tienen algo mejor: el trato que sabe dispensar a los clientes todo el personal del hotel (recepción, atención en comedor y cafetería, limpieza, masajes, talasso...) te hace sentir como en casa o mejor. Y lo más difícil es que mantengan e incluso mejoren ese nivel con el paso del tiempo, habida cuenta de la alta rotación que suele haber entre los profesionales de hostelería. Ideal para parejas (de hecho es lo que más suele haber) y para relajar el cuerpo y la mente. ¿He dicho ya que es mi hotel favorito?