Usuario invitado
2 de junio de 2023
Es un lugar perfecto para relajarse. Está en un entorno idílico; el valle de Orient es precioso, un oasis de paz y tranquilidad. La piscina tiene unas vistas espectaculares. Mi única pega sería que cuando hay niños en la zona de la piscina, se pierde esa atmósfera de paz que caracteriza al hotel. En mi opinión, debería ser un hotel sólo para adultos. La suite en la que nos alojamos es cómoda y acogedora y está decorada con gusto. El restaurante nos gustó mucho, ofrecen cocina auténtica mediterránea y una buena selección de vinos. Tuvimos la suerte de poder desayunar y cenar en el precioso patio exterior todos los días, pero es difícil conseguir mesa ya que se suele llenar rápido. También hay un comedor interior muy acogedor. El personal muy amable. Sin duda, volveríamos.