Usuario invitado
14 de febrero de 2024
El precio es económico y en este sentido la calidad está a nivel. O sea, es muy sencillo, pero los jóvenes de la recepción muy amables. Nos tocó arriba, en el último piso hay una pequeña terraza con vista. Se llega por una escalera de caracol (lo que puede ser un poco molesto si llega uno con maletas grandes, lo que no fue nuestro caso). Ubicación bastante céntrica. Lo único que para nada nos gustó fue el desayuno.. Es gratis, pero demasiado espartánico (rebanadas de pan blanco sólo con mantequilla, ni siquiera dan marmelada) y de poco sabor (lo que ellos llaman el plato fuerte). Si les gusta desayunar bien, hay que contemplar otras opciones.