Pousada Armenteira

Precioso hotel, maravillosa arquitectura,se funde con el paisaje,bien situado para conocer la provincia, desayuno delicioso,personal encantador,no olviden probar la tortilla de patata...el recepcionista te ayudará a conocer lo mejor de la zona

Estuvimos de paso haciendo el Camino de Santiago (La variante espiritual) y el sitio es ideal para descansar. Un hotel integrado en entorno. Limpio, cómodo, silencioso, moderno y totalmente accesible. La terraza es ideal para relajarse. Con vistas espectaculares. El desayuno correcto, con cantidades abundantes. La pena es que no tengan algún servicio de cafetería para poder tomar algo (especialmente en la terraza). Aunque en el pueblo hay varios sitios muy cercanos para tomar algo o cenar. El personal encantador, atento y correcto. Está al comienzo de la Ruta da Pedra e da Auga. Altamente recomendable.

Lo primero decir que la ubicación y la arquitectura del edificio son ESPECTACULARES, y precisamente por ese motivo, además de por sus cuatro estrellas y su elevado precio esperábamos una experiencia y no un hotel cualquiera, muy muy lejos de nuestras expectativas. Personal en general amabilísimo pero muy despistado, poco formado y/o con una sobrecarga de trabajo brutal, lo que resulta en una desatención al cliente que JAMÁS había experimentado en ningún hotel, ni caro, ni barato, hasta el punto de no coger el teléfono por la noche en recepción cuándo llamé por encontrarme mal. Las sabanas no las cambiaron en las 7 noches que estuvimos a un precio de más de 200€ por noche, la ducha se desborda y el baño se inunda, las camas no son cómodas y las almohadas horribles, la bomba frio/calor va fatal, la puerta de entrada hace un estruendo horrible y por la noche es insoportable desayuno pésimo y nada “casero”, todo frio, escaso, mesas sin recoger, gente esperando, poca previsión en reponer, no hay servicio de bar ni restaurante pese a lo aislado del lugar, instalaciones súper descuidadas, limpieza escasa, la zona de piscina descuidada y desatendida, telas de araña por todas partes, decoración obsoleta y nada útil para la lugar que se le asigna. Enviamos un mail con varias preguntas 3 días antes de llegar al que nunca nos contestaron, se supone que hacen ofertas en algunas visitas y luego el precio es igual que para todo el mundo, queríamos reservar en el balnearios de La Toja y no nos dijeron que había 2 opciones de la misma cadena, sin querer terminamos en el Isla de La Toja y otros 21€ tirados a la basura, súper cutre, desatendido y llenísimo de gente y de niños mayores de 12, que parece ser que cuentan como adultos, pese a poner una queja no nos reembolsaron el importe. Una lástima porque el sitio es precioso y tiene muchísimo potencial, más personal y cualificado y un desayuno mucho más casero a la vez que sofisticado sería de gran ayuda. Me siento decepcionada y creo que el gasto tan elevado en un sitio así, podría habérmelo ahorrado.

El hotel está concebido como un oasis de paz y tranquilidad, y salvo por un par de pequeños detalles, cumple con las mejores expectativas. Las habitaciones son amplias, cómodas y de una limpieza impecable. El personal es atento a más no poder, muy agradable y siempre dispuesto. Las instalaciones invitan al descanso, tanto las áreas comunes y la piscina, como la pequeña parcela de jardín de cada habitación. Sin embargo, y aunque no sea atribuible al hotel, siempre hay huéspedes que no muestran respeto alguno por los demás, y no sólo, aunque sobre todo, las familias con hijos pequeños y no tan pequeños. El único punto a mejorar por parte del hotel sería una mayor variedad en la elección de almohadas, aunque dentro de las opciones existentes, las cambiaron al instante. Esto no empaña para nada la magnífica estancia en la Pousada. A todas luces recomendable.