Usuario invitado
25 de marzo de 2025
Me alojé en 2014 en la habitación 211 y me pareció el Parador perfecto. Tan bonito, tan cálido y bien cuidado. Volví ahora, habitación 210 pensando que igual con los años me iba a encontrar otra cosa y me volvió a sorprender. Todo el monasterio estába en las mismas condiciones que 2014, perfectamente cuidado, fachadas, claustros, zonas comunes, habitaciones, incluso los árboles del jardín. La gastronomía inmejorable, la calidez de las personas, la belleza de los paisajes que se admiran desde el propio Parador. Mi sobrina me dijo, tía, yo quiero venir aquí todos los años. De verdad, os felicito de todo corazón, porque la gestión es inmejorable. Como me dijeron en otro Parador, Santo Estevo juega en otra liga. Un agradecimiento especial a Nerea y a José Luis, exquisitos, igual que la comida del propio restaurante. Me quedó la pena de no haber probado el Spa, porque lo estaban reformando. Algo que me queda pendiente para la próxima visita!!!