Usuario invitado
7 de julio de 2025
Habría sido una estancia muy satisfactoria si la restauración acompañara. En el desayuno empezando por el jamón y siguiendo por los platos calientes nefasto. Pedimos huevos revueltos, porque lo ofrecen en la carta y me vinieron con un revoltijo de huevina incomible. Digo yo que si hacen huevos fritos y quieres esos huevos de otra manera podían sacarte lo que pides porque está claro que los hay, pues no, me sacaron un sucedáneo y todavía no me explico porque. Al día siguiente lo intenté con tortilla francesa y tuve la misma suerte, otra vez la huevina. Puedo entender que en otro tipo de establecimientos la empleen, pero se supone que la marca paradores es otra cosa. En cuanto a la cena, pregunté si la ensalada llevaba rúcula porque no la quería y sino habría elegido otra cosa, pues bien, entró el jefe de comedor a preguntar y salió asegurándome que me la sacaban sin rúcula. Pues no, en la superficie no se veía pero luego era totalmente de rúcula, en definitiva me engañaron. Claro que es difícil quitar la rúcula de una ensalada de bolsa donde la mezcla está hecha. No pensaba tampoco que en Paradores utilizaran estas bolsas, otra vez la calidad a un lado. Por cierto, se suponía que era de anchoas y salmón, y digo se suponía porque había una anchoa y una cosa indefinible gomosa y sin sabor que se suponía era el salmón. Volveré al parador porque es un sitio maravilloso, pero no creo que vuelva a hacer uso de la restauración.