Usuario invitado
28 de febrero de 2023
Estancia con grupo numeroso de estudiantes. Es un edificio antiguo y al hotel se accede por una antigua puerta de madera que da a un patio que, si estuviera más cuidado, sería precioso. Este mismo comentario vale para el resto de patios para los que dan algunas habitaciones. Comparte entrada con otros alojamientos. Buen trato, a destacar sobre todo el recibido por Daniel, recepcionista del turno de noche: amable, paciente y atento. No significa que el resto de personal no lo fuera, pero él fue de gran ayuda. También destacar el trabajo del personal de cocina para el desayuno, donde no nos faltó de nada y además reponiendo rápidamente lo que se terminaba. Lástima que el espacio para desayunar fuera reducido, lo que nos obligó a hacer turnos. Insisto: el desayuno fue muy bueno. Las habitaciones son amplias, sencillas y están renovadas. Ha sido de agradecer el detalle de las infusiones, agua y snacks gratuitos en ellas. Algunos secadores de pelo no funcionaron, algunas desagües de las duchas tardaban en desalojar el agua por lo que se corría el riesgo de desbordamiento del plato de ducha y en algunos baños olía un poco a cañería, algo que se solucionaba dando la luz que estaba conectada a un ventilador de baño. De ahí que no le ponga la máxima puntuación. Lástima también que no cuente con un espacio de recepción amplio y que algunas habitaciones se tengan que abrir aún con llave y no con tarjeta u otro dispositivo electrónico. Supongo que los irán poniendo poco a poco porque se notaba que la obra de remodelación no estaba terminada. Se encuentra situado muy cerca de la estación de tren y hay todo tipo de servicios cerca: restaurantes, supermercado y galería comercial, además de estar muy cerca del centro histórico. En quince minutos andando, o veinte, ya estás en él y si no apetece andar hay una estación de metro en la zona de la estación. La plaza en la que se encuentra no parece muy segura y, aunque la policía está por allí, es aconsejable recoger pronto.