Hotel Palazzo Esedra

La localización es en el barrio de Fuorigrotta, donde la feria y el estadio del Napoli. Algo apartado del centro. El edificio del estilo de la época oscura italiana, de techos superaltos y columnas neoclásicas. El personal de recepción era atento y eficiente. Los dos ascensores que había eran suficientes. Los pasillos, su iluminación y la identificación de las habitaciones eran correctos. La habitación era de unos 20 m2, tenía dos camas individuales juntas que compartían la ropa de cama. El tamaño y la distribución eran correctos. Las camas y las almohadas no me resultaron cómodas, por duras. La insonorización interna y externa no eran buenas, pero era un hotel y zona tranquilas. Desconozco cómo será los días de partido. La iluminación eta correcta y se podía dejar la habitación a oscuras. El mobiliario era parco y en buen estado. La TV de unas 30" tenía muchos canales vía satélite en varios idiomas. El aire acondicionado era inexistente, pues hacia mucho calor y no se podía regular. La solución: abrir la ventana. La calefacción estaba puesta, pese a ser primavera y haber 20 grados en la calle. El baño era pequeño, con ducha algo incómoda y pequeña. La iluminación del baño era correcta. La grifería y las toallas estaban bien. El desayuno no era lo que uno espera de un hotel de esta categoría, pues faltaba calidad y variedad. No había comida caliente. La Wifi funcionaba bien. En resumen, un hotel algo alejado del centro que debería mejorar el desayuno.

La habitación es amplia y cómoda. El hotel está lejos de todo y en una zona horrible. Una tarde fuimos a tomar algo al bar y no nos dieron carta ni lista de precios, a la hora de pagar la camarera nos enseñó un papel con unos números garabateados. Lo mínimo que se espera de un hotel de cuatro estrellas es una factura o recibo. Muy cutre.