Usuario invitado
26 de septiembre de 2023
Nuestra pequeña escapada a Napoles no hubiera sido igual si no hubiéramos estado alojados en Casa Monacone y en Rione Sanitâ. Casa Monacone está ubicada en el barrio de Sanitâ, a unos 15 minutos andando del Duomo. Ocupa una parte de lo que era el convento anexo a la Parroquia de Santa María de la Sanitâ. La habitación es austera pero no falta de nada: aire acondicionado, nevera, insonorizada. La cama es cómoda y mullida. Las almohadas son algo gruesas para nuestro gusto, pero es algo que va a gustos. La calidad del sueño es buena teniendo en cuenta el bullicio de la ciudad y del barrio. El lavabo es completo aunque la ducha puede ser pequeña para personas más corpulentas como mi mujer y yo. Equipado con set de cortesía. La limpieza correcta. El desayuno, incluido en el precio, se sirve de 8 a 10 de la mañana y aunque es completo, se echa a faltar alguna pieza de fruta (hay zumo incluido). Y al hablar de la gestión, es hablar quizás de lo mejor del alojamiento. Nuestra estancia no hubiera sido igual sin Marco, nuestro "consigliere" en Napoles, que ya el día anterior contactó con nosotros y nos indicó la mejor manera de acceder al hotel desde el aeropuerto. Como llegamos el día de San Gennaro, patrón de Napoles, nos dirigió a la misa del Duomo, todo un acontecimiento en la ciudad. Respondió a todas nuestras preguntas, dándonos siempre una alternativa a huir de los tópicos más turísticos en tema de restauración y oferta monumental. En fin, un diez por su predisposición y consejo. Y gracias a Giuseppe que con su ayuda estiramos el último día en la ciudad hasta bien entrada la tarde. Gracias a ellos y a todo el staff de La Casa del Monacone, pertenecientes a La Paranza, una cooperativa que gestiona trabajo para jóvenes del barrio que de otra manera quizás no tendrían una oportunidad laboral digna y de futuro. Muchas gracias por todo.