Casa del Mar Lodge

Nos encontramos con un alojamiento más que bien. Decorado con gusto y con unas habitaciones excelentes, piscina casi privada ( una para cuatro o cinco habitaciones) muy limpia. El restaurante muy recomendable, de los mejores sitios que he probado en Dominicana, el trato cordial. Sin duda la elección mejor de la zona

Nos recibieron con una sonrisa, personal educado, preparado, amable y servicial. Inmediatamente nos sentimos como en familia. Marco, el gerente, es una persona extremadamente agradable, nos mostró los servicios de la estructura, su filosofía y las excursiones cercanas. El respeto por el medio ambiente y la limpieza del lugar nos sorprendieron, a pesar del reciente huracán, la estructura estaba en perfecto orden. La vista y la comodidad del hotel son 5 estrellas, sin duda. Una brisa seca del mar mantiene siempre una temperatura deliciosa, de día y de noche, lo que permite un mayor confort y apreciar la fantástica vista del mar que se encuentra a un paso, con los característicos colores caribeños. El experto chef y el servicio nos permitieron degustar excelentes platos de pescado fresco, el excelente vino italiano propuesto que marcó a la perfección con los platos solicitados. La reserva de grappa, que nos ofrecieron al final de la cena, fue la guinda del pastel. Antes de salir del lugar, un chapuzón en la piscina privada de nuestra habitación nos devolvió la energía para retomar el camino. Precio calidad, excelente! Volveremos pronto, ¡Gracias Casa Del Mar!

Reservé este alojamiento para poder conocer la zona y descansar antes de continuar hasta Bahía de las Aguilas. Dedique varios días preparando el itinerario para que mi familia española conociera lo bonito de mi país. Siendo hotelera, hice hincapié en leer y analizar cada comentario, sin embargo, que otros hoteles de la zona estuvieran llenos y/o cerrado; me hizo decantarme por Casa del Mar. También porque un amigo se había alojado, pensé que íbamos a encontrar lo mínimo necesario para pasarla bien (sin dejar de lado precio/calidad, porque siempre estuve consiente de lo que había pagado). Cuando llegamos nos asombramos de la belleza del lugar, sin embargo que él seguridad estuviese con muleta no nos daba confianza; entendiendo que esa persona debía estar en su casa de baja médica. El check-in había pagado directamente con Joana, la persona que nos recibió no tenía la información. Por lo cual hasta que no revisó el móvil que tienen en “conjunto” no tenía ni idea de nuestra llegada. Nos indicó una primera habitación, que al parecer estaba fuera de servicio o ocupada porque debió volver a por otras llaves. Cuando por fin, nos entregó las habitaciones ¡sorpresa! parecía que habían hecho la cama y que el resto ni se habían molestado en limpiarlo. En la mesa de la terraza habían marcas de vasos, habían fumado y no había recogido las colillas de puro. El baño la cortina estaba rota y sucia. En la habitación de mi suegra, estaba igual pero el baño no tenía bombilla. Las zonas comunes se veían igual de sucias y descuidadas. Pedí nuevas habitaciones, pero que decir ….. estaban peor que las nuestras. No todo fue mal, cenamos y el chico que nos atendió fue muy simpático. La cena estuvo bien. El desayuno, puede mejorar sobretodo el tiempo de espera. Es una pena que este lugar, que tiene potencial este descuidado. Porque nos cargamos el turismo de la zona.