Innulik
1 de mayo de 2025
En general, mi hija y yo lo elegimos por su conveniente ubicación. En este sentido todo está bien. Paveletskaya está a entre 7 y 10 minutos a pie. Lo mismo ocurre con el metro.
Por lo demás, las habitaciones son pequeñas, pero las camas y los colchones con almohadas son cómodos. La ducha es pequeña, los geles y jabones no son desechables, sino en botellas grandes, lo cual es un inconveniente. Al llegar nos preguntaron si necesitábamos cepillos de dientes. Por supuesto que son necesarios, siempre, no está claro por qué fue necesario preguntarlos. El hotel no es para alojarse con niños. Los desayunos son normales, pero muy poca variedad, demasiado escasos diría yo. Llegamos un día de alarma de incendio, los ascensores estaban apagados, tuvimos que subir al piso 10 por escaleras, era basura. No hay agua potable embotellada en las habitaciones, lo que también fue decepcionante. En cambio, hay un refrigerador en el suelo, pero éste suele ser un caldo de cultivo para las infecciones. En la recepción del primer piso no hay nevera, solo ofrecen comprarla en el restaurante, es una pesadilla. En general, en comparación, las impresiones son mixtas. Pasar la noche 1 o 2 noches, nada más. No es adecuado para la relajación. Las habitaciones son realmente pequeñas. Pero en general gana por su ubicación.
Texto originalTraducción facilitada por Google