Usuario invitado
20 de agosto de 2024
Fui por primera vez a conocer este hotel para ver si cambiaba del hotel en el que me estoy hospedando actualmente. En resumen no lo haré, ni volveré. Mi plan era comer en el restaurante y después conocer el resto de la “mansión”. Debo decir que la atención del valet parking fue excelente, la comida fue buena y la atención de la señorita Iris aún mejor. También fue muy amable la otra señorita que estaba en la recepción del restaurante, que me mandó la factura por mi consumo inmediatamente. El problema fue el resto del plan. Al ir a la recepción del hotel para preguntar si alguien me podría dar un tour por el hotel, una de las recepcionistas me dijo que a las personas que no se hospedan ahí solo les pueden enseñar la cúpula (literalmente el techo de la recepción), los 3 trajes del Buki y muy pocos de sus reconocimientos que están ahí mismo en la recepción. Ese fue el fin de mi visita guiada, a dos pasos de la recepción. Ninguna de las dos recepcionistas me mencionó nada del bar ni el spa, ni me dieron información sobre las obras de arte que se exhiben en el restaurante, ni la historia del hotel ni la guitarra de la alberca, absolutamente nada que me haga considerar hospedarme ahí. Me dijeron que la alberca estaba en restauración por lo que ni siquiera se podía pasar a esa área. Pregunté si me podrían enseñar una habitación y se rió y me dijo que eso no era posible. Ni siquiera en su computadora se le ocurrió mostrarme nada. Pregunté por el precio por noche y me contestó que a partir de 5,000 MXN, que en internet se ven más baratas pero que por el 19% adicional estatal y municipal sube el precio; no me dijo qué tipos de habitaciones ni los precios específicos de ninguna, ni cuántas habitaciones tiene el hotel ni qué servicios ofrece cada una… Pedí si me podría regalar un folleto con las tarifas, tampoco fue posible porque no tienen, solo me dio un papelito cutre para entrar a la página de internet. Una actitud lamentable para un lugar que se anuncia como lo más exclusivo (de Michoacán). Ningún interés en tenerme como su huésped, y viceversa. No recuerdo ningún otro hotel en el que me hayan tratado así al pedir informes. Quizás es falta de experiencia en recibir gente porque no había ni un alma ni ahí ni en el restaurante. Así que sigo y seguiré sin conocer este hotel tan exclusivo que en él solo habitan sus empleados.