MadureiraCarlos
19 de abril de 2024
Fuimos a Monfortinho porque ya conocíamos el spa y nos encantó.
Intentamos estar lo más cerca posible del spa y decidimos probar el Hotel Fonte Santa.
Nos quedamos muy decepcionados con las comodidades.
Los colchones no son cómodos, ya que hacía mucho tiempo que no me despertaba con dolores en el cuerpo como la primera noche que dormí allí.
Las zonas de ocio del interior del hotel necesitan restaurar todos los sofás y sillones, pues ya están muy "cansados".
No teníamos aire acondicionado, las camas no estaban preparadas para el calor, ya que todavía tenían fundas nórdicas de invierno. Las temperaturas eran de verano. Pasamos una noche horrible llena de calor.
Es necesario reemplazar el teléfono de la ducha.
En mi opinión, cualquier hotel o alojamiento que se preocupe por el bienestar de sus huéspedes intenta satisfacer las necesidades del momento en cualquier estación del año.
No todo el mundo disfruta de las vacaciones en verano... ¡pero todos necesitamos la cantidad adecuada de atención!
Sin embargo, hay aspectos positivos a destacar.
El ambiente general del hotel, tanto dentro como fuera, es tranquilo y pacífico, ideal para quienes necesitan descansar.
En el espacio exterior del hotel, hay varios lugares donde podrá pasar tiempo de calidad, relajarse en el césped, escuchar el sonido de varias aves y practicar senderismo.
El desayuno es bueno y abundante, tiene un poco de todo, para distintos gustos.
No utilizamos el restaurante del hotel, porque tampoco nos lo propusieron, acabamos comiendo en un restaurante cercano, "O ERGES", con platos sencillos y económicos, pero muy bien servidos y con buen servicio.
En definitiva, como suelo decir "Siempre hay una primera vez, que muchas veces también es la última", este es el caso de nuestra estancia en este hotel.
Texto originalTraducción facilitada por Google