Francisco Javie... M
7 de julio de 2025
Llevábamos tiempo deseando ir a Mauricio, y este año se presentó la ocasión, y como siempre, elegimos Riu. Lamentablemente, en este caso, Riu careció de las calidades y el servicio al que nos tiene acostumbrados: 1. La limpieza en las habitaciones muy deficiente. Matamos un par de bichos durante nuestra estancia, y ahí seguían cuando nos fuimos, no se barrieron. Y en el baño se veía suciedad por todos lados. Limpieza muy justa. 2. Comida muy repetitiva, y en muchos platos muy mal cocinada. Cosas quemadas y pasadas, duras, etc.También es cierto que había algunos platos buenos, sobre todo en la sección de pasta (pero la pizza, igualmente, muy regulera). 3. Servicio en general lento. En las bebidas les llevaba la vida ponerte algo (menos mal que no había mucha gente en el hotel, de lo contrario sería imposible pedir algo al ritmo al que van). En la playa la limpieza brilla por su ausencia, vasos y vidrios por ahí a diario sin limpiar. El servicio del comedor depende de con quien es, pero hasta nos han puesto mala cara en la cena por tener que montarnos una mesa. Con eso lo digo todo. Curran lo justo. También es cierto que hay personal profesional (aunque son minoría) y casi todos te reciben con una sonrisa. 4. En recepción hay una legión de personas que cuando preguntas algo todas miran a la misma, una chica española que hay allí. Son incapaces de dar soluciones por su cuenta. A todo esto se sumó que el viaje fue en junio, que allí es iniverno, y la verdad es que el tiempo es bastante malo, lluvia y mucho viento a diario. Y anoche a las 5 y media. Poca playa hemos disfrutado. La isla en general muy verde y bonita, pero Azores, sin ir más lejos, le da mil vueltas y está mucho más cerca. Destino para no volver. Hotel justito y decepcionante como usuario Riu de decenas de estancias por todo el mundo. Incluso tuve que poner una reclamación, para la cual, sigo esperando que el General Manager me llame. Conclusión, he decidido darle esta nota pues aunque no está mal del todo, sí que no se ofrece las calidades acorde al precio que pagamos, al menos, los europeos.