Usuario invitado
9 de mayo de 2024
Fui a este alojamiento típico arabesco durante mi estancia en Marrakech con mi novia. El hotel está situado dentro de la kasbah de la ciudad, escondido en uno de los numerosos callejones y está construido al estilo de los alojamientos del Medio Oriente y el norte de África, con una amplia sala común que consta de una bañera, un techo abierto, sofás y Mesas para desayuno compartido. Las habitaciones están bien equipadas, con camas cómodas y buenos cuartos de baño, con el único inconveniente de la ducha abierta, que a menudo corre el riesgo de mojarlo todo, y de que los lavabos son demasiado pequeños. Las habitaciones se pueden cerrar con candado y cuentan con frescos e incrustaciones clásicas de la tradición arabesca. El desayuno era muy bueno, bien surtido con mermeladas, huevos, quesos y pan tostado. También es posible cenar en el hotel, pero esto debe especificarse con suficiente antelación a los propietarios, quienes deben organizar las compras, al menos por la mañana para la noche. El cuscús, con verduras o carne, y la ensalada marroquí están muy buenos. Finalmente, una mención especial para Anas, el chico de recepción que durante toda nuestra estancia fue siempre muy amable y servicial: nos ayudó con la reserva del hammam, con la reserva de un viaje, con la reserva de restaurantes y taxis, realmente un gran hotelero.
Texto originalTraducción facilitada por Google