Usuario invitado
15 de diciembre de 2022
Hay que tener en cuenta que un Riad no es un hotel, partiendo de esa base, diremos que nos gustó mucho pero que tiene sus evidentes inconvenientes. Lo bueno: El precio, que es muy competitivo; la decoración, que es absolutamente auténtica, los trabajadores, que son realmente atentos, un 10 para ellos, la terraza, con vistas a la Medina, y desde la que se ve la Kutubia. Lo normal: El desayuno. La Wifi que iba y venía a veces, cuesta poner un vídeo, pero funcionar funciona. No hay TV, pero realmente da igual, pega con el sitio. Lo malo: Llegar, es complicadísimo, es en una bocacalle de la medina y luego un laberinto, muchas veces mal iluminado y bastante sucio, te pierdes seguro la primera vez y es probable que te pierdas después, la cama que era incómoda, muy blanda y baja, hay poca privacidad en general en el Riad (se escucha bastante, sobre todo lo del patio) y también en la habitación ya que el baño no tiene puerta. En general, lo recomiendo muchísimo si quieres una nueva experiencia, pero si estás acostumbrado a un hotel más "habitual" este no es tu sitio. Si vuelvo a Marrakech sin duda lo volvería a reservar, porque, como comento, la experiencia en general ha sido muy buena.