Usuario invitado
23 de enero de 2023
Un mágnifico descubrimiento con encanto, remanso de paz en pleno centro. Te tratan como si fuera tu casa, no falta un detalle, siempre atentos a cualquier necesidad que puedas tener (el propietario es un excelente anfitrión con un conocimiento exhaustivo de la ciudad y su historia, o el recepcionista que responderá a cualquier duda y te dará las mejores recomendaciones del momento). Las zonas comunes y habitaciones muy bien ambientadas y decoradas, con buen nivel de limpieza y siempre con flores frescas. El patio interior es un reducto de calma y tranquilidad. La terraza te permite disfrutar del sol, mientras tomas un té. Desayuno completo: zumo de naranja (recién exprimido), café o té (a elegir), mantequilla, aceitunas, queso, mermelada (cada día diferente: higo, naranja, .....), pan y tortitas, y/o bollería (bizcocho, rollo de canela, .....) , dátiles ..... Si tienes oportunidad, deja que te sorprendan con una cena típica: crema de calabaza a la naranja, aperitivo de pasta brie rellena de queso y de verduras, tajín de ternera con membrillo y guarnición de arroz con canela, y de postre naranja con canela ..... disfruta la mezcla de sabores con productos frescos locales. Sin duda un lugar para repetir, con amigos o en pareja. Muchas Gracias, Daniel y Alí