Usuario invitado
26 de enero de 2024
Estuve aquí una semana alojada. Tenía el viaje planeado para hacerlo con una amiga, pero ella tuvo un problema para volar y llegó a Marrakech unos días después, por lo que estuve bastante tiempo sola. Omar, Karima y su padre me alojaron, ayudaron y atendieron tan bien que me sentí como en casa. Karima es encantadora, dulce, cercana y cariñosa. Omar es tranquilo, atento, hospitalario y amable. Me fueron a recoger al aeropuerto, a llevar y Omar me permitíó dejar las cosas en la habitación una noche que dormí en el desierto. La llegada al riad fue un poco intimidante, pues hay que atravesar durante unos 3 minutos una calle que parece un laberinto, pero en cuanto Omar me explicó como encontrar el camino me di cuenta de que está muy bien señalizado y es muy fácil. En relación a seguridad, nunca he tenido ningún problema y caminé varias veces al día sola por allí. Muy cerca del riad hay tiendas y restaurantes, si quieres salir a cenar y no te quieres alejar tienes donde comer algo a menos de cinco minutos.El desayuno en el riad es abundante y gracias a eso varias veces no volví a comer hasta la cena. La gente con la que traté en el barrio es amable y nunca me sentí atosigada. El zoco está muy cerca también, la plaza central y varios lugares interesantes para visitar. Marrakech es una ciudad caótica y puede ser agotadora, pero yo me sentí parte de ella y sé que fue gracias a la hospitalidad de Omar y su familia. Si buscas los servicios y comodidades de un hotel, probablemente este sitio no es para ti, pero si te apetece estar en un sitio donde la gente esté pendiente de cómo vas a pasar el día, que te llame por tu nombre nada más verte, tenga conversaciones interesantes contigo y si quieres apoyar a la economía local en vez de a las grandes cadenas hoteleras de propiedad extranjera, probablemente este sitio te gustará. Ojo, internet a veces falla, o sea que te recomiendo que tengas una tarjeta local en tu teléfono para estar mejor comunicada.