Usuario invitado
7 de agosto de 2022
El lugar es hermoso, bien cuidado, muy tranquilo. Las habitaciones son amplias y limpias. La alberca templada y el jardín muy bonito. En general la atención es buena, pero hay una tipa llamada Maru (la cocinera), que desde que uno llega al lugar tiene una actitud nefasta, de lo más hostil, le pregunta uno algo y contesta con una jetota y responde bastante pelada. Es decepcionante cómo pueden tener una persona tan grosera y nefasta atendiendo un lugar tan bonito y que lo eche a perder de esa manera, me encanta el lugar pero francamente si esa persona sigue trabajando ahí no regresaría. Pague por la suite familiar y la suite amarilla, éramos 4 adultos y una nena de dos años. El domingo ponen una mesa de 4 espacios súper chiquita, entre mi papá y yo cargamos otra que estaba a lado vacía, la tipa Maru se acerca a reclamar de lo más pelada que porque habíamos movido esa mesa, que porque no le dijimos antes, le contesté que porque éramos cinco personas y no cabíamos, que cuál era el problema, y siguió echando pleito y gritando, cuando ni siquiera había más gente hospedada en el hotel, le pedí hablar con el dueño o encargado del hotel, y que cuál era su nombre, a lo que la cobarde nunca contestó, obviamente alguien más del personal dijo su nombre, porque no es justo quejarse y que le llamarán la atención a alguien más, cuando el único problema del lugar es esa tipa. El hotel tiene una buena causa pero a uno no le quedan ganas de regresar para nada con ese mal trato al cliente por parte de Maru. Ojalá pongan más atención en el servicio que presta el personal, porque esta persona se cree dueña del lugar y piensa que puede ir a gritonearle al huésped como si estuviera haciendo el favor de atender, y estoy pagando bastante por un servicio, como para recibir peladeces.