Juanma J
7 de diciembre de 2024
Una terraza con aforo máximo de 6 pax, el camarero la abre y pasan 23 personas para ver las luces de calle Larios sin más medidas de seguridad que una barandilla de un metro en una séptima planta. Cuando le pregunto dice que es imposible de controlar, pero no se le ocurre no abrirla. Ocurrirá una desgracia, si no, al tiempo. Eso sumado a la tardanza en el servicio, que prácticamente hay que perseguir a los camareros, a la inexistencia de servilletas ni cuando te pides comida y a una música house tecno chundachunda más propia de un after que de una sobremesa redondea la puntuación. Dios, con una ubicación privilegiada, a nadie se le ocurre crear una experiencia premium con las vistas de las luces? Pd: a las chicas extranjeras de la mesa de al lado cuando iban a pedir su segunda botella las echaron porque se habían equivocado y la mesa estaba reservada con antelación para otros clientes, sin ningún aviso previo, señal ni por supuesto disculpa, suerte para el camarero que eran dóciles y se fueron sin chistar.